Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for the ‘Uncategorized’ Category

Clau:           ¿Entonces qué my friend, cómo le fue en Estados Unidos?

Yancili:        Super Clau

Clau:           ¿Dónde estuvo?

Yancili:        En Filadelfia, Nueva York, Washington y un ratico en Jersey City para ver la bahía de Manhattan por la noche.

Clau:           ¿Y? ¿Les gustó?

Yancili:        Sí, claro, visitamos a un amigo al que queremos mucho y que no veíamos desde hace unos ocho años, ahora está casado y conocimos a su esposa que es también una encantadora caleña.

Clau:           mmm ya, pero ¿qué tal los US, les gustó?

Yancili:        En Washington visitamos la parte turística, donde están los museos, el capitolio, la Casa Blanca, el monumento a Lincoln –el de la abolición de la esclavitud. Esa parte fue la que más me gustó de todo el paseo, bueno aparte de ver a mis amigos, estar en ese lugar, que fue el mismo donde Martin Luther King pronunció el famoso discurso de Yo tengo un sueño –reclamando la igualdad de oportunidades para los negros- fue para mí lo que pagó el tiquete del viaje. Vivimos un momento mágico al descubrir el lugar exacto desde donde Luther King hizo historia.

Clau:           Yo no conozco Washington, pero pensé que era sólo la capital y no más.

Yancili:        Sí, yo diría que es la capital y un poco más,  la veo como una ciudad creada para inmortalizar algo de la historia estadounidense. Me gustó la arquitectura de la parte que visité, aunque yo de arquitectura no conozco, el estilo se me hizo similar al romano, las edificaciones son colosales, como si fuesen hechas para gigantes.

Clau:           ¿Y Filadelfia vé, te gustó?

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Yancili:        ¿Te soy sincera? En Filadelfia, la ciudad del amor fraterno, hay muchas cosas para ver. Benjamin Franklin, el filántropo, inventor y político, está por todos lados como si aún viviera. El paseo al Museo de Arte de Filadelfia donde se filmó la escena en que Rocky sale corriendo, sube las escaleras y al final levanta los brazos, es algo casi que obligado y los visitantes imitan a Rocky al llegar allá. Otro punto interesante, entre los muchos como te digo, me resultó una escultura que está en la Universidad de Pensilvania –donde estudió Donald Trump y otros millonarios que hoy conocemos- y en el Parque JFK o Parque del Amor.  La escultura es la palabra amor en letras mayúsculas, dispuestas en un cuadrado con la letra “O” inclinada, lo cual significa, según nos explicaron nuestros meticulosos guías, que el amor no es perfecto. Sin embargo, lo que a mí más me sorprendió fue la cantidad de gente negra que vi, no puedo ponerlo en términos porcentuales porque tal vez me equivoco, pero creo que, excepto por Istmina – Chocó, es la ciudad donde más negros me he encontrado.

Clau:           Contame rapidito de Nueva York que ya se me hace tarde ¿te gustó?

Yancili:        Te cuento rapidito, aunque me suena poco justo con la capital del mundo. Vimos la infaltable y cinematográfica Estatua de la Libertad que un día Francia le regalara a USA, sin palabras. Estuvimos en los alrededores de donde estaban las Torres Gemelas, allí, ahora están construyendo… la Torre de la Libertad creo que se llama. Pasamos por el Empire State que fue el edificio más alto del mundo por más de 40 años; por el Madison Square Garden y el Carnegie Hall, que es un salón para conciertos donde importantes artistas latinos se han presentado; por Wall Street, el corazón del distrito financiero y donde queda la nada más y nada menos que Bolsa de Nueva York; el Central Park, la parte más verde de esos lados –la única que viera yo- y la famosa Quinta Avenida. Para llegar a Manhattan tuvimos que atravesar el importante y también cinematográfico Puente de Brooklyn, ese que destruyen en toda película de acción que se respete. Estuvimos en Time Square que, según nuestro guía, es la parte más significativa de Manhattan, también aparece en toda película neoyorquina que se respete, es un sitio lleno de letreros de neón, muchos restaurantes, los famosos teatros de Broadway y, si se tiene suerte, uno se puede encontrar a personajes y futbolistas famosos como David Trezeguet. Por la noche, fuimos a Jersey City para ver la bahía de Manhattan que se ve bella e inocente iluminada por las lucecitas nocturnas. Eso es, rápidamente, lo que hicimos en Nueva York, todo en un día.

Clau:           mmmm, ve ¿pero te gustó o no te gustó? ¡No me has contestado!

Yancili:        La sensación que tenía cuando estaba en el vuelo de regreso fue que, viviendo en Colombia y Tumaco me siento en medio de la alegría y el calor de la gente, en Canadá me siento en medio de una lucha continua por la calidad de vida y el respeto por los valores, en Roma me sentí cada minuto en un museo, en Barcelona me sentí en casa, en Suiza en medio de una postal del mundo de Heidi, en París en medio del culto al intelecto y el arte, y en Estados Unidos me sentí en medio de lo que se puede hacer con muchos billetes de cien dólares… claro, tengo que recordar que no por nada Estados Unidos es el país de la libertad, el país de las oportunidades y que esos billetes llevan la cara del filántropo Benjamin Franklin.

Clau:           ¡¡¡Me cogió la tarde ve…nos vemos…byeeeeeeeee!!!

Read Full Post »

Síiiiiiiii, Tumaco es caliente todo el año…

Nooooooo, en Burlington-Canadá sólo hace frio en invierno.

Diferentes y parecidos, así somos. Es eso lo que puedo decir después de que, durante casi un año, he tenido que explicarle a Andrey –mi amigo ruso- y a la mamá de mi amiga como es el clima en Colombia y Canadá respectivamente.

La mamá de mi amiga siempre le dice que pobrecita yo que estoy en ese frio, que me abrigue bien y que me aplique manteca de cacao pa’ que no se me partan los labios. No importa cuántas veces ha visto las fotos en las que estoy con blusa de tiritas y sandalias, ella siempre ha estado preocupada porque yo pueda sobrevivir en “esa nevera” como le llama. 

Un día decidí llamarla y explicarle bien cómo funciona el clima por estos lados. Le expliqué que Canadá tiene cuatro estaciones: primavera, verano, invierno y otoño; que en primavera el clima es parecido al de Bogotá o Pasto al comienzo, luego se vuelve como Manizales o Popayán y, en el último mes de la estación, termina siendo como Medellín. También le dije que en el verano puede llegar a hacer el mismo calor que hace en Tumaco o Cartagena. En el otoño vuelve a ser como Medellín, luego pasa a ser como Manizales y termina siendo como Bogotá o Pasto.

El invierno, ese sí es frio –le dije. Hace un frio que no puedo comparar con el de ninguna ciudad en Colombia. Aunque todo está adaptado para que se pueda vivir cómodamente, en medio de los hasta 25 grados bajo cero que me tocó vivir en el invierno. Los buses, los carros, las casas, las piscinas, las discotecas, las chaquetas, los horarios, las botas, las bibliotecas, los centros comerciales…TODO, está adaptado para que la gente pueda vivir cómodamente durante un invierno que, en teoría, dura tres meses. Se siente más o menos frio cuando uno está a cielo abierto y dependiendo de la ropa que se esté usando. Los buses pasan a tiempo, de modo que sólo he tenido que aguantar tres o cuatro minutos de frio mientras pasa el bus.

Le aclaré que yo daba fe de la región donde vivo (al sur) porque, siendo Canadá nueve veces Colombia, se encuentran enormes diferencias en el clima. Por ejemplo en Winnipeg, un poco más al centro, dicen que el invierno dura seis meses y que la nieve se ve hasta algunos meses después de que este ha terminado.

Terminada la explicación, le pregunté si quedaba claro que en Canadá no es que haga frio durante todo el año y, sobretodo, que no tenía que preocuparse por mí, porque no sólo no estaba viviendo en una nevera, sino que aquí las condiciones para soportar el frio del invierno son las mejores. Su respuesta fue afirmativa, con lo que yo sentí que ya no volvería a preguntarle a mi amiga – ¿cómo le estará yendo a Yancili en ese frio? 

Este, un éxito para mí, me estimuló a explicarle por enésima vez a Andrey que en Colombia no tenemos cuatro estaciones porque estamos en una zona tropical, que sólo tenemos temporadas lluviosas o secas y que la temperatura depende de la altura sobre el nivel del mar a la que se encuentre una ciudad o pueblo. Google Earth, wikipedia y las fotos de Colombia me ayudaron en mi propósito. Al final, también le pregunté si quedaba claro que en Colombia no tenemos estaciones, que no tenemos una navidad con nieve y que en Tumaco la temperatura promedio es la misma en todo el año. Su respuesta también fue afirmativa.

Quizás esto no era algo de mayor importancia, mas debo admitir que sentí satisfacción de saber que estas dos personas a las que aprecio, en adelante, sabrían que ni Canadá es el congelador que dicen y que en Colombia no tenemos una navidad blanca y que la temperatura es la misma a lo largo de todo el año. 

Esa satisfacción se interrumpió cuando, en la clase del jueves, Andrey me preguntó con incredulidad:

-¿Entonces, en Tumaco hace calor todo el año?- 

Llamé a la mamá de mi amiga, por lo del día de la madre, y su saludo fue:

-¿Mucho frio mija?- 

Los dos, Andrey y la mamá de mi amiga, tan diferentes y tan parecidos, así somos.

Read Full Post »

Yo me imaginaba que la comida en Canadá iba a ser pura hamburguesa, perros calientes y papas a la francesa. El maestro Jairo Varela diría que como “se fue pa Merellín, al plátano y al chere le llegó su fin”. Pero, ya cuando llegué acá, me di cuenta de que tenía razón, la comida era pura hamburguesa y perro, al menos al comienzo… 

Mi primer almuerzo en Canadá fue una especie de sándwich árabe, kebab, el cual tomé como una comida rápida que nos sacó del apuro, en medio de tantas vueltas que había por hacer. La merienda del mismo día, fue al mejor estilo chino: cuatro platos con diferentes carnes, un plato con verduras, otro con sopa y a cada uno nos dieron un pocillo lleno de arroz simple. Para ser el primer día, estaba muy bien. 

En los días siguientes, nuestro menú incluyó toda variedad de pizzas, perros, sándwiches, espagueti y hamburguesas. No podría decir que estaba feliz o triste con la comida, simplemente se me hacía… ¿cómo llamarlo? Diferente, sí, se me hacía diferente y ya empezaba a extrañar el manjar al desayuno: el plátano con queso.

Luego de unos diez días, cuando todo fue tomando forma, hice un llamado a mi capacidad de adaptación y, a falta de un buen encocao de pescao, empecé a preocuparme por comer comida típica canadiense. ¿Comida Típica Canadiense?  Me suena extraño ahora. No hubo uno solo de mis nuevos conocidos al que no le preguntara cuál era la comida típica de Canadá y la expresión en sus caras me recordaba a una reina del Cauca diciendo “ahí si me colchaste” ¿Cómo podía una pregunta tan sencilla como esa, producir en sus rostros tales expresiones? Pues la respuesta era más sencilla aún:

¡¡¡Multiculturalismo!!! 

Sí, incluso para los canadienses de Canadá, en especial para los más jóvenes, es difícil decir cuál es su comida típica debido a que Canadá es un país multicultural, lo cual se traduce en que lo típico de la comida depende, una vez mas, del lado del que se le mire. Me atrevería a decir que la comida es uno de los más claros ejemplos de cuan multicultural es este país, a continuación un par de razones.

Los canadienses, incluso los que son de Canadá, cambian de sushi (Japón) a perro caliente (USA) o a pollo al curry (India) sin problema alguno, y saben comer perfectamente con los palitos que usan los chinos. Entonces lo típico en Canadá, es que no hay comida típica. Se consigue de todo para comer, desde el muy famoso fish & chips, entiéndase pescado frito con papas a la francesa -típico en Inglaterra; como cualquier cantidad de comida china, thai, vietnamita, mejicana, italiana, argentina, africana, india de la India y, también, comida canadiense. 

En términos de la comida canadiense, hay algunos platos o puntos que se pueden destacar como característicos. Uno de ellos son los asados o barbecue –el mismo nombre de la salsa barbecue. Lo que asan y como lo adoban, es tan variado como el número de inmigrantes con que cuenta el país, lo distintivo es que usan el asador. El pavo, también se puede considerar como típico, para el día de acción de gracias, navidad y el día de la familia. Y algo que me parece muy canadiense, del canadiense típico es que no cocinan, ¡la gente acá no cocina! Ellos pueden comprar comida lista en muchos sitios, caliente o para calentar. Una de esos sitios son los supermercados, en donde venden comida congelada, enlatada o comida del día que empacan en viandas desechables, de modo que se puede comprar a diario o mercar comida lista para varios días, eso, como algo completamente normal. 

Un ejemplo de que no cocinan es esa vez que, casi recién llegada, fui a pedirle a mi vecina que me prestara una olla para parar un arroz. Ella, amable como son los canadienses, me mostró todas sus ollas para que yo viera cual me podía servir. Todas sus ollas sumaban tres: dos sartenes y una olla diminuta que usaba para cocinar huevos. Me quedó claro que ella no cocinaba, sólo calentaba y/o servía. 

Al cabo de un mes, había entendido que a la sopa y el seco les había llegado también su fin. En Canadá la comida más importante del día no es el almuerzo, es la merienda que se come entre las 5:00 y 6:30. El sistema es más o menos como sigue. Desayuno, antes de las 9:00, con cereal o sus similares; almuerzo entre 12:00 y 12:30 con sándwich, shawarma, burrito, hamburguesa o su equivalente. La cena, merienda o comida que llaman, es la comida más pesada/importante del día. En esta comida incluyen porciones grandes de carnes, ensaladas, harinas -que casi siempre es pan. Arroz, según lo que he visto, no comen más de dos o tres veces al mes. De sobremesa, normalmente se toma agua, cerveza, fresco royal, en ocasiones especiales vino, pero nada de jugo de guanábana o borojó. 

Dos meses después, sabía que ni modos de pensar en la señora de la Misional que vende tortilla con otaya, o en el jugo de naranja de la esquina, ni que decir de la rellena (morcilla) de Jobita o la Merengo. Contrario a todo eso, en cada esquina se encuentra, guardando las proporciones porque las distancias son enormes, una cafetería llamada Tim Hortons donde se va a tomar, principalmente, café o chocolate con donuts. En el verano, en los parques y playas, se ven carros vendiendo helado, perros calientes y crispetas. 

Otro distintivo es la dinámica que impera en las fiestas o reuniones entre amigos. La primera fiesta a la que me invitaron fue dos meses después de estar aquí. Como no era un cumpleaños, obvio que no había que llevar regalo, entonces pregunté qué debía llevar. La respuesta fue clara y sin ningún rodeo -trae algo de tomar y algo de comer para compartir. Ahí me enteré de que las reuniones funcionan con algo que se llama potluck (comida canadiense le llaman en Francia), que consiste en que los asistentes a la reunión llevan bebidas y comida, todo se organiza en una mesa, se toma y come de lo que todos han llevado y al final, los que quieren, llevan un poco de lo que haya quedado para sus casas.

Antes del primer trimestre, ya estaba equipada con casi todo lo que necesitaba para cocinar y comer en la casa. A pesar de que una vaca es vaca aquí y en Colombia, su sabor es… diferente. Los condimentos, cuando se consiguen, también saben diferente, de modo que la comida tiene un sabor… diferente.

Entonces, después de todo este tiempo, si me preguntaran si la comida de Canadá es sabrosa, mi respuesta sería que es… diferente. El que me guste o no, sobra, simplemente es di-fe-ren-te.

Read Full Post »

Con qué se alimentan los canadienses y qué se come por acá era la siguiente entrada en SínTesis. Todo estaba listo, empezaría hablando de mi última comida en Tumaco antes de venir por primera vez a Canadá, pescao frito y a la vez encocao, mi favorita. Después, me referiría a cuáles son las comidas colombianas más famosas en Canadá, unos dos o tres párrafos de la comida típica canadiense y terminaría contando cómo yo, a quien le encanta la rellena de Jobita en Espriella, me he acostumbrado a comer coliflor crudo como pasabocas en las fiestas. Las fotos estaban seleccionadas y al título de la entrada sólo le faltaba la negrilla. Pero no, lo que me pasó en estos últimos días, otro motivo de asombro, hizo que cambiara los aliños por un salpicón, pero de curiosidades. 

Cosas curiosas he encontrado casi todos los días. La primera semana en Canadá, nuestro guía nos decía por ejemplo, cuando vayan a cruzar una calle deben tener cuidado porque, a pesar de que aquí el peatón tiene la prioridad en la mayoría de las vías, no todos los conductores cumplen con la norma y a veces no paran, jajajajaja, me reí avergonzada, pensar que la semana pasada era yo la que, en las calles de Medellín con el pito del carro, le recordaba a los peatones que yo en el carro tenía la vía. 

Las mascotas también me han sorprendido. Los perros, normalmente, no ladran, no se les ve solos en la calle a menos de que estén perdidos y cuando me los he encontrado con sus dueños en un camino estrecho, casi siempre se echan a esperar que yo pase. Los gatos son gordos, no son ladrones y no saben cómo subir y, mucho menos, bajar un tejado. Es más, cuando hay un gato en el techo, llaman a los bomberos para que sean ellos quienes lo bajen. A veces pienso que a estos animales sólo les falta sonreír para ser iguales a sus dueños. 

Otra curiosidad tiene que ver con una de las primeras conversaciones que sostuve con el dueño de la casa donde vivo. Esa vez el me dijo que Burlington ya no era una ciudad tan segura, que ahora no se podía dejar la puerta de la casa sin seguro, sí, ahora no se puede, lo cual significaba que antes, en un tiempo no muy lejano según sus palabras, sí se podía. 

Esta curiosidad, la que me motivó a cambiar de tema, tiene que ver con el tema de la seguridad en esta ciudad. Desde que empezó el invierno, 21 de diciembre del año pasado, empecé a dejar por fuera del garaje mi bicicleta, mi principal medio de transporte, y el único del que soy propietaria. Mi bicicleta fue la primera y más valiosa de mis adquisiciones en Canadá, más valiosa que la única chaqueta de invierno que compré después de visitar los dos centros comerciales del pueblo y cada uno de sus almacenes. 

Esa bici la compré en una venta de garaje. Las ventas de garaje son unas ventas de cosas usadas en desuso, que la gente pone a la venta en el garaje de su casa, usualmente durante un sábado o domingo de principios de verano. Además de vender lo que está sobrando o que se quiere renovar, la idea de esta actividad es también interrelacionar con los vecinos y con la gente que llega buscando cualquier cosa que no quiera comprar nueva. Recién llegada, yo sí hubiese querido una bici nueva; sin embargo, el cambio de dólares a pesos y la bicicleta roja con canasta blanca que estaban vendiendo en el primer garaje que visité, me hicieron decidirme por esa bici usada. 

El viernes pasado, como muchos viernes después del 21 de diciembre del 2009, salí en busca de mi bici. El día anterior, la había dejado al lado de la casa, sin cadena, como de costumbre. Al salir de la casa vi que no estaba, fui hasta el garaje, quizás el dueño de la casa la había puesto allá, pero tampoco estaba. Lo llamé, al dueño de la casa, le pregunté sí tenía idea de dónde estaba mi bici y lo que me contestó fue lo que hizo que cambiara de tema. Más aterrado que yo cuando entendí que todos los chinos no son de la China, el dueño de la casa me dijo: 

¿Será posible que alguien haya tomado la bicicleta de la casa?  

Burlington es una ciudad con el mismo número de habitantes de Tumaco, sólo que todos están en la misma zona urbana-rural. Y a este dueño de casa, que además es policía, le parecía increíble y escandaloso que, en Burlington, alguien hubiese tomado una bicicleta que estaba en una propiedad privada. Claro, la casa no tiene rejas y la bici no estaba encadenada, aunque nunca lo estuvo, siempre que salí con ella la dejé sin encadenar. Aquí, nunca sentí la necesidad de cuidar algo que era mío porque, al menos en esta ciudad, me parecía que estaba claro que la gente sólo toma lo que le pertenece. Un día se me cayó una bufanda nueva en un gran complejo comercial y, al cabo de tres horas que volví, la encontré colgada en un lugar bien visible, lista para que yo, su dueña, la tomara. Y lo de la bufanda es sólo uno de tantos ejemplos que podría citar. 

Al día siguiente, el dueño de la casa me dijo que probablemente el señor de la basura se había llevado mi bicicleta, pensando que era para botar porque, aquí, la gente saca las cosas que ya no usa o que están medio sucias y, si no tienen ánimos para hacer una venta de garaje o donarlas, simplemente las tiran a la basura, estando en buenas condiciones aún. 

Gracias a Dios, al dueño de la casa y a unos cuantos dólares, ya tengo otra bicicleta,negra con rojo, sin canasta. Ya estoy dejando en mis recuerdos a la otra. Ahora si puedo volver a hablar de comida, de lo que comen los canadienses y de la comida colombiana que más se conoce por acá.

Y la ñapa: mismo nombre, mismo apellido de un tumaqueño muy conocido. 

Read Full Post »

En cada historia, siempre hay dos lados -quizás más. Un ejemplo del por qué, es la conversación entre la prima-hermana de la tía de la amiga del cuñado del compañero del marido de la vecina de al frente y una compañera de trabajo durante el almuerzo. Esta última, la compañera, le ofreció de postre un pedazo de una rica torta de manzana que su esposo había preparado y a partir de ahí se desarrolló la conversación que voy a tratar de explicar. Antes de hacerlo, tengo que decir que las dos mujeres en esta conversación son macondianas que viven en Canadá, la segunda, Camila, está casada con un gringo; la primera, Mónica, tiene un marido macondiano y viven hace algunos años acá.

La historia es más o menos así: Camila le ofrece a Mónica de una rica torta de manzana que su esposo había preparado. Mónica, antes de aceptar, pregunta – ¿dijiste que tu esposo hizo la torta?

-Sí, mi esposo la hizo- responde Camila y añade –normalmente él es el que cocina, de hecho, cocina mejor que yo. 

Mónica, habiendo comido el primer pedazo de la torta, con un poco de desazón y en tono de queja dice – a mi marido se le quema el agua y a la cocina sólo entra para preguntarme a qué horas le voy a servir su comida o cuando vuelvo de mercar y me ayuda con los paquetes.

A lo que Camila pregunta – ¿Te ayuda con los paquetes? A mí me toca cargar con todo porque como él cocina, yo hago el mercado y cargo con los paquetes también. El arreglo es que el mercado se paga con el salario de Camila.

Esta parte de la conversación fue suficiente para corroborar que todo depende del lado por dónde se miren las cosas y, por supuesto, de las preferencias que uno tenga. Que si los hombres tumaqueños o colombianos son buenos o no tanto, depende de la óptica con la que se les mire, aclaro, a mí me parecen buenos, muy buenos, aunque un día un filósofo tumaqueño me dijo no existen personas buenas o malas, sólo personas que actúan de acuerdo a sus circunstancias e historia.

Como esta es una segunda parte, es necesario decir que el marido de Kerrie –el que cocina y no le gustan los deportes- no se encarga de tareas como sacar la basura, tumbar los cocos, llenar el agua o ayudar con los paquetes, a menos de que sea estrictamente necesario, entiéndase por estrictamente necesario cuando Kerrie está enferma. Los esposos de mis amigas orientales –las que administran todo el salario de sus maridos- no saben cómo servirse un vaso de jugo o cambiar un pañal o tender una cama y son ellas las que les abren la puerta a sus hombres.

Nuevamente pregunto ¿De qué lado me gustaría estar? ¿Qué rol quisiera jugar, el de una coreana, el de Kerrie o el que actualmente tengo? ¿Yo escojo de acuerdo a mis preferencias y soy feliz con mi elección? 

¡¡¡Feliz día del hombre, de dónde quiera que sean!!!

Read Full Post »

El domingo 28 de febrero terminaron los juegos olímpicos de invierno en Vancouver-Canadá, juegos que antes de venir a vivir acá –lo admito- no sabía que existieran. Vancouver es una ciudad que está al occidente de Canadá y como Canadá es tan, tan, tan grande, desde donde yo vivo hasta Vancouver es igual que ir desde aquí hasta mi tierra, en tiempo y casi que en plata también. El deporte más importante es el hockey, así que la última medalla en disputarse durante los juegos fue la de hockey masculino, en un partido entre Canadá y USA. Este país se paralizó entre las 3:00 y las 6:00 pm, el tiempo que duro el juego. Yo, convencida como estoy de vivir al máximo mi experiencia lejos de la Perla del Pacífico, me reuní con unos amigos a ver el partido en un pub, o bar que llamamos nosotros. Lo que pasó durante el partido, durante los juegos en general, es algo que merece atención especial, ahora quiero referirme a lo que pasó cuando terminó el partido, exactamente al momento de pagar la cuenta.

En esta ocasión, estaba en un grupo de tres parejas, las otras dos eran canadienses. Ya todo se había terminado, ya nos habíamos abrazado por el triunfo y cantado el himno de Canadá, sólo faltaba algo: pagar la cuenta. Kerrie, mujer canadiense, tomó la iniciativa, pidió la cuenta levantándose en dirección a la caja. Detrás de Kerrie salió Carolyn, con billetera en mano. Era indudable que iban a pagar la cuenta. Sus esposos estaban sentados sin la más mínima idea de que lo normal, en mi cabeza tumaqueña, es que sean ellos quienes se levanten a pagar. Vi que la cajera mostraba a mis amigas el valor de la cuenta y, tratando de ser consecuente con el refrán a dónde fueres haz lo que vieres, me apresuré a preguntar de a cuánto nos tocaba. De la misma manera, pero en el sentido contrario, está escena se había repetido ante mis ojos muchas veces, por ejemplo en Candilejas –la discoteca más famosa de Tumaco durante mi temprana juventud- a la hora de pagar la cuenta, los muchachos se levantaban a pagar, sin que las mujeres tuviésemos idea de cuánto había sumado la rumba. Volviendo al bar en Burlington, Ontario, Canadá, cada una de nosotras, sí no-so-tras, pagó lo que le correspondía de la cuenta y… calabaza cada quien pa su casa.

Esa idea de nosotras pagando la cuenta, me llevó a recordar que el tema del dinero también es multicultural, por ende, tiene las particularidades que la cultura le impone. Estas amigas canadienses reciben muy buenos salarios en sus trabajos, al igual que sus esposos y, según he podido entender, han llegado a un acuerdo en el tema de los gastos, quizás la cuenta del partido es uno de ellos. Esa no es la regla, como Canadá es multicultural, también hay múltiples maneras en que el tema del dinero es abordado.

La manera que más me llama la atención es la que utilizan mis amigas de Corea y Japón. Ellas dicen que en Corea y Japón, las empresas pagan a sus empleados a través de cuentas bancarias, nada nuevo hasta el momento, lo nuevo -asombroso para mí- es que esas cuentas están a nombre de la esposa y es ella la que decide y planifica cómo se va a gastar el dinero. Me explico, en una cuenta que está a nombre de la esposa de un trabajador, consignan el salario que el trabajador ha devengado en un periodo determinado. Ese salario es distribuido, por la esposa del trabajador, de acuerdo a los gastos que la familia tenga, incluidos los buses del marido que trabaja para ganarse el sueldo o, como se dice popularmente, incluido lo de las gaseosas. Para ocasiones como el día de la madre o el cumpleaños de la esposa o San Valentín, el esposo tiene que ahorrar, de eso que su mujer le ha dado para los buses y para que no esté pelado, y comprar de ahí el regalo que tiene que darle a ella. Aparte de este dinero, el de las gaseosas, el marido no ve ni una sola moneda adicional. Dicen Yuki y Keyra que algunas veces los maridos tratan de esconder algún dinerito, sin mucho éxito porque las esposas son muy diestras.

Algo que también me llamó la atención esa tarde, fue el hecho de que fueran las mujeres las que quisieran quedarse a ver la premiación, sin embargo, sus maridos, en especial el de Kerrie, querían volver a casa. El marido de Kerrie nos preguntó si queríamos comer con ellos, el había dejado la merienda casi lista antes de salir, aún le faltaba algo y por eso su prisa por volver. Él es quien cocina siempre, no le gustan para nada los deportes y sus hobbies son la fotografía y hacer unas lámparas Tiffany a mano.

Cada vez se afianza mas en mi mente, que siempre hay dos lados, no uno malo y otro bueno, simplemente dos lados o quizás más. ¿De qué lado me gustaría estar? ¿Qué rol quisiera jugar, el de una coreana, el de Kerrie o el que actualmente tengo?

Read Full Post »

St John's Roman Catholic

Después de quince días en Canadá, cuando ya estábamos bien instalados, decidimos ir a misa, así que empezamos a buscar por internet dónde quedaban las iglesias y a qué hora eran las misas. La sola búsqueda implicaba un desafío porque en las clases de inglés que tomé en Colombia nunca pregunté cómo se dice misa o rezar o como se dice cura en inglés, aunque con church, iglesia en inglés, me pude defender al comienzo. 

Burlington, la ciudad donde vivo, tiene más o menos los mismos 170.000 habitantes que según el DANE tiene Tumaco, con este dato, no me era descabellado pensar que las dos podían tener el mismo número de iglesias. Ya luego me enteré de que en esta ciudad se pueden encontrar iglesias de casi todas las religiones, al menos de las religiones Abrahámicas: musulmanas o islámicas, judías y cristianas. De las últimas hay  iglesias católicas, ortodoxas y protestantes. Y de las protestantes he visto anglicanas, luteranas, bautistas y adventistas. También hay budistas –claro que no estoy segura de que el budismo sea una religión- e hinduistas. 

Si mal no recuerdo, en Tumaco hay cerca de seis iglesias católicas, las misas usualmente son a las 7:00, de la mañana o de la noche, y los domingos también hay misas a las 9:00 y 11:00 a.m. Acá el número de iglesias católicas es similar al de Tumaco y las diferencias empiezan con los horarios de las misas, claro que después de estar en mi primera misa, esa fue la diferencia menos importante. 

Al llegar a la iglesia, hay un par de personas que dan la bienvenida y, si uno llega tarde, le ayudan a ubicar dónde sentarte. Los asientos son como los de nuestras iglesias, caben ocho personas, la tabla para arrodillarse –digo tabla porque no sé si esta tabla tiene un nombre especial- está divida en cuatro partes, se puede subir y bajar y es acolchonada. En el espaldar de los asientos hay tres libros para cada persona, uno de ellos tiene todo lo que se dice en la misa, cuando digo todo es todo: el Padre Nuestro, todas las oraciones, las peticiones, todas las lecturas bíblicas del año, lo que el cura dice y que uno no escucha, todo, absolutamente todo, menos el sermón. El segundo es un libro con los rituales para misas especiales como bautizos y primeras comuniones. El otro libro tiene las canciones que se han de cantar durante el año, normalmente, estas canciones las canta la gente del coro y los feligreses sólo siguen la pauta. 

Quienes llevan niños, los pueden dejar al cuidado de un grupo que se encargan de entretenerlos y explicarles la biblia de una manera más acorde con su edad. El orden en que se desarrolla la misa es el mismo que sigue el Padre Miller, primero los ritos de entrada, después la primera y segunda lectura, luego el evangelio, el sermón, el saludo de la paz, la comunión ¡ay la paz y la comunión! esas partecitas me tomaron varios domingos de adaptación. 

El saludo de la paz, después de que se supiera de la gripa porcina, cambio de ser un acto en el que uno le da la mano al que está cerca, por uno en el que se inclina la cabeza diciendo peace be with you, o sea la paz esté contigo; pero sin darle la mano al otro. Fueron varios los domingos en los que estiraba la mano para dar la paz; pero la mirada confundida de la gente, me hacia recordar que el cura sugirió no dar la mano con el fin de evitar los contagios de la gripa esta que tan asustado tenía a todo el mundo. 

El saludo de la paz no fue lo más sorprendente, en las primeras tres misas a las que fui, tuve la impresión de que me iban a llamar la atención por no comulgar ya que, de la gente que está en la iglesia, al menos el 96% comulga y se hace en un orden tan impresionante,  que permite darse cuenta de quien se quedó sin hacerlo. No es que la gente decida en qué momento comulgar, acá se comulga en el momento que le toque a uno. Es decir, la comunión tiene un orden establecido: primero comulgan unos ancianos que están sentados en unos puestos especiales, cuando ellos terminan, se levanta la gente de la primera banca, tanto del lado derecho como del izquierdo, y salen en orden, primero los que están cerca al pasillo del centro, terminando con los que están cerca a los pasillos laterales, en ese momento no queda nadie en la banca porque todos salen a comulgar. Se recibe la ostia y se regresa por el lado contrario al que se salió. Como todos se han levantado para la comunión, al regreso es muy fácil llegar hasta el puesto en el que uno estaba porque no hay nadie sentado, bueno, casi nadie. Esto se repite en forma impecable hasta la última banca de la iglesia. El 4% que no va a comulgar, tiene que levantarse cuando los otros emprenden su camino a la comunión y cuando están de regreso. Yo he sido parte de ese 4% y no se siente muy cómodo. 

Después de la comunión, la gente vuelve y se arrodilla, el cura hace los anuncios que tenga para ese día, luego despide la misa con la bendición y, ahí viene otra diferencia, el coro empieza a cantar, el cura -con biblia en mano y los monaguillos detrás- emprende una especie de procesión por el pasillo del centro hacia la salida principal de la iglesia. Una vez la procesión se instala en la salida, el resto de los asistentes a la misa empiezan a salir y el cura -parado en la puerta- los despide. En algunas iglesias, después de la misa, hay café, té, limonada y agua, en un espacio que la gente aprovecha para saludarse y conversar.

Con todo este protocolo y el orden que se maneja en las misas, yo me pregunto ¿será que los canadienses tienen idea de cómo les va a los perros en las misas?

Read Full Post »

Hoy se me apagó el computador sin un motivo aparente, intenté encenderlo un par de veces pero volvía y se apagaba –debe ser que se calentó- me dije y decidí esperar a que se “enfriara”. Con el compu apagado, me quedé desconectada de un gran porcentaje de mis actividades diarias ¿cómo fue que este aparato se volvió tan importante en mi vida?… Mejor recuerdo cómo llego el computador a la familia Vargas, la de Dejémonos de Vainas.

Read Full Post »

¡Tumaco, sabrosa tierra caliente! se prepara para los Carnavales del Fuego, del 11 al 16 de febrero, la gente debe estar pendiente del talco –o harina que llaman los costeños, de los cantantes que se presentarán, de las reinas o de la pinta carnavalesca. Mientras tanto yo, una tumaqueña que vive ahora a 12 grados bajo cero, desde la semana pasada empecé a ver unos corre-corres que, por supuesto, nada tienen que ver con el Carnaval del Fuego y se parecen más bien a los afanes de Navidad.

Afiche Carnavales 2010

 -¿De qué se trata todo este alboroto?- me pregunté, -¿por qué hay tanto rojo por todo lado?- pensé que se trataba de los albores de la fiesta de San Valentín, el equivalente al día de amor y amistad en Colombia pero que se celebra el 14 de febrero. No me equivoqué, aunque si me quedé corta, el rojo, además de la fiesta de amor, también está preparando a la gente para la celebración del Año Nuevo Chino, que por coincidencia se celebrará el mismo 14 de febrero este año. Exagero si digo que la sensación en el ambiente es igual a la decembrina, pero si se le parece, de ese ambiente y de la navidad y el fin de año canadiense sí que tuve una buena prueba.

Para el 24 y el 31 de diciembre mi deseo era poder celebrar al estilo canadiense y, después de todo, lo hice. Terminamos celebrando el 24 de diciembre en casa de nuestra profesora de inglés, con su hijo de 12, con su esposo y un amigo suyo cuyo sueño es poder visitar al menos 100 países a lo largo de su vida, de los cuales ya ha visitado 62.

Al igual que en Tumaco, la misma pregunta me asaltó ¿qué me pongo el 24? Hice lo mismo de siempre y al final terminé vestida como yo creí era conforme a la ocasión. Mi profe nos recogió a las 7:30 p.m para ir a misa, ella y su familia estaban vestidos de una manera muy sobria, de un rojo sobrio, pensé que yo estaba igual… cuando llegamos a la iglesia, noté como cada una de las personas que encontraba en el camino iba vestida de rojo, hombres y mujeres, niños y niñas. Tan de rojo estaban que mi camisa blanca resaltaba en medio de las pocas luces de la iglesia, me preguntaba si vestirse de rojo era algo parecido a esa costumbre de ponerse calzones amarillos para recibir el nuevo año -yo hace ratos que no encuentro pantis amarillos para ese día, pero una blusa roja si me hubiese podido conseguir- reflexioné en ese momento. 

La misa fue como todas las misas a las que he asistido acá, que no son iguales a las de allá, con la salvedad de que hacen la representación del nacimiento, sin pesebre, y le cantan el Feliz Cumpleaños a Jesús al final. Cuando terminó la misa, estaba preparada para desearle Feliz Navidad a todo el que pudiera, sin embargo, nadie intercambio esos deseos, mi profe nos indicó que saliéramos hasta donde estaba el carro y yo me quedé con los Merry Christmas listos. 

Al llegar a su casa, una casa canadiense típica, adornada con un árbol de navidad de verdad -es decir con un pino natural y verdadero- muchas luces y sin pesebre, nos quitamos las chaquetas y los zapatos, conversamos durante una hora de múltiples temas y luego pasamos a la mesa. La mesa estaba servida como para una foto, y yo no tenía mi cámara, había unos 20 platos que contenían desde galletas de jengibre hasta bocaditos de un salmón crudo que aún no me he acostumbrado a comer. Después de un rato en la mesa y de comer todos esos manjares, -aclaro, esto no era una cena, sólo nos habían invitado a tomar un té- empezamos a hablar de las costumbres navideñas en Colombia y en Canadá. Esa fue la oportunidad perfecta para preguntar por qué andaban casi todos uniformados de rojo y por qué no se desean Feliz Navidad. 

-¿Uniformados? Jajaja No, no, no ¿qué acaso no se visten de rojo el 24 en Colombia?- dijo mi profe –el rojo representa la sangre de Cristo, que nos hizo un regalo precioso naciendo para morir por nosotros. Me reí mentalmente, yo pensando que era alguna tradición para llamar a la buena suerte, una vez más, no todo es como yo me lo imagino.

-Feliz Navidad nos deseamos mañana, es que el día especial es mañana, el 25 de diciembre- respondió el esposo de mi profe a mi otra pregunta. Entonces, si el día especial sería el siguiente ¿qué estábamos celebrando en ese momento? 

Como adivinando mi pregunta, la profe dijo: -El 24 sólo es la noche previa a la navidad, después de la media noche es ya navidad para nosotros, pero la celebración la empezamos en la mañana del 25, es ahí cuando destapamos los regalos y después tenemos una gran comida navideña.

A nosotros nos dieron regalos en ese momento porque no íbamos a estar con ellos el 25, con los regalos nos entregaron también una carta que por tradición intercambian con los familiares y amigos, ellos la llaman algo así como “Carta Navideña”, en esa carta hacían un recuento/balance de lo que fue el año que estaba por terminar, destacando sus logros más importantes. 

Volvimos a la casa cerca de la media noche, en el camino de regreso no se veía ni una sola alma en las calles, sólo las luces navideñas y nosotros en un taxi. En la casa, algunos amigos nos habían dejado regalos al pie de la puerta, todo el mundo le da regalos a todo el mundo acá. Nos fuimos a la cama después de destapar los regalos, no nos bailamos ni una sola pieza, pero yo había tenido mi parte del 24 canadiense. 

El 31 nos fuimos para Toronto, que está a unos 50 minutos de la ciudad en la que vivo y en dónde parecía que la vida se hubiese detenido, no se miraba ni una ardilla. En Toronto, por el contrario, todo estaba como en un sábado de diciembre alrededor de El Puente de El Morro, no era que se notara que era 31, podía ser un sábado o viernes cualquiera, pero si había mucha más gente que en Burlington. 

Happy New Year

Cinco minutos antes de las doce, en la disco en la que estabamos, no pusieron el tradicional “faltan cinco pa las doce, el año va a terminar…” Diez segundos antes de la media noche, todos coreamos el conteo regresivo, no el de Gilberto Santa Rosa, ese lo van a corear el 12 de febrero en Tumaco. Y después del 10, 9, 8…2, 1, 0 es tradición besar a alguien justo a la medianoche, mucha gente se besó en ese momento, luego nos deseamos Feliz Año Nuevo con la pareja de amigos con la que andábamos y… ¡listo, se acabo diciembre con su alegría y el 2009! Yo me quedé con mis Happy New Year listos, sólo utilicé tres esa noche. 

Después pensaba, para el próximo fin de año, voy a desearles Feliz Año a cada uno de los vecinos de mi barrio y a cada persona que me encuentre en el trayecto, pero… ¿tengo ahora la oportunidad de hacerlo? ¡El 13 de febrero es fin de año de nuevo, ¡es el fin del año chino!  ¿Cómo lo celebrarán aquí en Canadá? Ya me veo con la boca abierta otra vez.

Feliz Año Nuevo chino y Felices Carnavales del Fuego ¡¡¡Tradición que se vive con Pasión!!!

Read Full Post »

Boda Israel

Al hablar de matrimonio, si es el de amigos de Tumaco, o de Colombia en general, se viene a mi mente la idea de que hay una pareja de enamorados que debe haberse conocido hace algún tiempo, deciden casarse, ya sea por la iglesia o en matrimonio civil, hacen una fiesta, los invitados llevan regalos o, lo que está más de moda, lluvia de sobres o lista de boda, se come y se baila y ¡listo! Aquí no he estado en ningún matrimonio, pero como este es un tema que termina haciendo parte de alguna reunión con mis amigos, he podido conocer ciertas particularidades de los matrimonios que tienen lugar en tierras lejanas a la Perla del Pacífico, Tumaco.

El matrimonio de mis amigos católicos de Israel se pudo llevar a cabo porque Talib vio a Rashida cantando en la iglesia, le dijo a su hermano que esa chica le gustaba y su hermano, el de Talib, organizó una reunión para pedir la mano de Rashida. En esta reunión Rashida, después de hablar unos 10 minutos con Talib, le dijo a sus padres que sí le gustaba Talib y fijaron la boda para un año después, durante ese año conversaron frecuentemente, como dos o tres veces por mes, claro, con la vigilancia respectiva y nada de encuentros privados. Las fiestas del matrimonio se extendieron durante una semana, dentro de la cual se llevó a cabo una ceremonia en la que afeitaron a Talib, algo así como una despedida de soltero a lo árabe, y un par de rituales mas en días diferentes. Las fiestas empezaron el viernes y terminaron el sábado, no el sábado que siguió sino el de ochos días después. Para cada una de estas celebraciones, algunos de los invitados llevan aportes en especies como cerdos u ovejas, que se comparten con todos los que asisten. Además, cada familia invitada, lleva un sobre con dinero que depositan en un buzón, al final de la fiesta, abren el buzón, cuentan el dinero y pagan a los músicos, la comida, el local donde se hizo la fiesta y lo que sobra se guarda para los primeros meses de vida conjunta de los novios.

Contrario a los árabes-católicos, unos amigos canadienses, Dave y Kerrie, se conocieron en una reunión de amigos, empezaron a salir, después de ocho meses se mudaron a la misma casa y a los dos años decidieron casarse. La boda fue muy sencilla, tres días antes hicieron la despedida de soltera y soltero por separado, una noche antes fue la entrega de regalos y en la fiesta, el mejor amigo de Dave hizo la entrega de Dave a Kerrie, la amiga de Kerrie hizo lo mismo con Dave.  Los gastos del matrimonio fueron compartidos por los novios, aunque ellos dicen que antes estos gastos los asumía la familia de la novia. A este matrimonio fueron invitadas 130 personas, al matrimonio de Talib y Rashida asistieron cerca de 1500.

El hijo de mi compañero musulmán, había estado viviendo en la capital de su país, Islamabad – Pakistán, por tres años, su padre, mi compañero, lo llamó y le dijo que había encontrado una novia perfecta para él y que se casaba en 18 meses. La boda se tardó cinco días, en uno de los cuales se hace una fiesta pública, las otras sólo son con la familia y parientes cercanos. En la fiesta pública, las mujeres están en un salón diferente al de los hombres, bailan y conversan entre ellas, los hombres hacen lo mismo en otro salón –cuando digo lo mismo, me refiero también a que bailan entre ellos ¡hombre con hombre! La casa de los padres de los novios es adornada con luces durante los días previos al matrimonio, así todos se enteran de la boda que está por venir. No recuerdo el número de invitados que asistió a esta fiesta, pero me acuerdo que mi compañero dijo que las fiestas de la gente más pobre sólo duraban tres días y que sus invitados no superaban los 500, claro, el no hace parte de este grupo. Los gastos de la fiesta pública los asume la familia de la novia.

El hijo de mi compañero

Rashida y Talib han estado felizmente casados por 13 años, Kerrie y Dave cumplen el próximo agosto 20 años de matrimonio y el hijo de mi compañero cumplió nueve años de casado y tiene dos hijos. Todos dicen estar felices, la verdad es que lucen como tal, incluso cuando cada uno de ellos no concebía en sus cabezas matrimonios diferentes al que ellos mismos tuvieron.

Read Full Post »

Older Posts »